—¿Qué papel le adjudicás en la escritura literaria a las técnicas? ¿Y al argumento?
—En mi opinión, lo principal, casi diría lo único que importa en literatura, es escribir con la mayor libertad posible. En todo caso podés usar técnicas para corregir, pero jamás para escribir. Aunque en realidad siempre se usan técnicas, pero son técnicas propias que uno va descubriendo, o creando mientras escribe. Si usás técnicas aprendidas, son aprendidas de otros; así nunca escribirás con tu estilo personal, es decir, no se te reconocerá, por mejor escrito que esté el texto. Cuando el autor sabe demasiado sobre el argumento, a veces se apura a contarlo, y la literatura va quedando por el camino. La literatura propiamente dicha es imagen. No quiero decir que haya que evitar cavilaciones y filosofías, y etcétera, pero eso no es lo esencial de la literatura. Una novela, o cualquier texto, puede conciliar varios usos de la palabra. Pero si vamos a la esencia, aquello que encanta y engancha al lector y lo mantiene leyendo, es el argumento contado a través de imágenes. Desde luego, con estilo, pero siempre conectado con tu imaginación.
—En ese énfasis por la imagen, ¿no hay riesgo de caer en una suerte de “descripcionismo”, de que sólo prime la imagen?
—Yo no creo haber hablado de descripciones; suelen aburrirme mortalmente. Hablé de imágenes, y las imágenes no se contraponen a la acción, sino que la cuentan de la mejor manera. No es lo mismo decir “le dio tremenda trompada”, que decir “el puño chocó contra la carne blanda y la aplastó hasta que se oyó el crujir del hueso”. Tampoco dije que un relato deba consistir exclusivamente en imágenes, sino que eso es la esencia; pero a menudo la esencia pura es desagradable, como por ejemplo la vainilla. Si la mezclás en un refresco pasa mucho mejor. Hago hincapié en las imágenes porque es la gran falla de nuestra literatura; todos somos retóricos, todos cantamos la justa, todos sabemos cómo arreglar los males del país, todos estamos deseosos de mostrar nuestra visión del mundo, todos queremos volcar nuestros sentimientos (oh, las mujeres que escriben poemas llenos de abstracciones: estoy triste, qué mal me siento, el mundo es terrible). Desde el punto de vista literario no dicen nada, pero nada; el lector simplemente se paspa. Mientras tanto, la literatura queda por el camino; el lector se distrae, y la literatura nacional adelgaza y muere. Si agarrás a los grandes, por ejemplo a Felisberto, recordarás sin duda cuando le levantaba las polleras a los muebles, o a la vieja que tomaba mate metiendo la bombilla por un agujero del tul. Son imágenes. Andá al capítulo cuarto de La vida breve, de Onetti, se llama “Naturaleza muerta”, es cien por ciento descriptivo y uno de los fragmentos más notables de nuestra literatura. Sin acción ni personajes ni invención; sólo imágenes.
Del libro "Conversaciones con Mario Levrero" - Pablo Silva Olazábal - Editorial Trilce
Arte poética: la imagen segun Mario Levrero
El Behemot
Canto Del Cisne
Demencia:
el camino más alto y más desierto.
Oficios de las máscaras absurdas; pero tan humanas.
Roncan los extravíos;
tosen las muecas
y descargan sus golpes,
afónicas lamentaciones.
Semblantes inflamados;
dilatación vidriosa de los ojos
en el camino más alto y más desierto.
Se erizan los cabellos del espanto.
La mucha luz alaba su inocencia.
El patio del hospicio es como un banco
a lo largo del muro.
Cuerdas de los silencios más eternos.
Me hago la señal de la cruz a pesar de ser judío.
¿A quién llamar?
¿A quién llamar desde el camino
tan alto y tan desierto?
Se acerca Dios en pilchas de loquero,
y ahorca mi gañote
con sus enormes manos sarmentosas;
y mi canto se enrosca en el desierto.
¡Piedad!
El timbre de mis ojos
esparce intimidad.
Mi piedad de rodillas
se arroba en los suspiros del ocaso
(palomas de violeta)
¡Mis manos palpan el color de misa!
Jacobo Fijman
El Prometido - Las Nuevas Generaciones Teatrales se Expresan en Proyecto 3
La constante renovación y variedad cultural que ofrece la Argentina exhibe el trabajo y el esfuerzo en conjunto de diferentes grupos artísticos, que buscan plasmar sus creaciones y compartirlas con el público. En este caso las nuevas generaciones de directores y dramaturgos tienen su lugar en “Proyecto Tres”, un ciclo de espectáculos que propone agudizar la mirada sobre seis puestas, que cuentan con la supervisión dramatúrgica de Ariel Barchilón y de dirección de Marcelo Mangone.
También se presentan “Mirame y decime si ves el mar”, sobre una guerra entre dos mujeres por el amor de un hombre en un escenario muy particular, con dramaturgia de Lara Gorfinkiel y dirección de Laura D´Anna; “Estética Contemporánea”, que exhibe a una mujer adicta a las cirugías que muere durante una operación y su médico planea robar el cuerpo para evitar una autopsia comprometedora, con dramaturgia de Walter Sánchez y dirección de Claudia Ostrovsky; y por último “Vivir no está bueno”, sobre en grupo de personas que se juntan en la casa de una actriz poniéndose en tela de juicio el derecho a vivir bien y su contrapartida, y el derecho a morirse de una vez, con dramaturgia de Guillermo Difilippo y dirección de Mario Marín.
Laura Gilardenghi
laurag@abccultural.com.ar
http://www.abccultural.com.ar/nota.php?ID=728
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El Prometido - Cuando el horror está a la vuelta de la esquina – Susana Llahí (miembro GETEA)
Proyecto Tres se presenta en su tercera edición. Tal como lo comentan sus mentores, Ariel Barchilón y Marcelo Mangone, la iniciativa surge por una necesidad de lograr un teatro abierto a la comunidad de dramaturgos y directores jóvenes. “Lo que en Proyecto Tres se investiga son formas de relaciones dialógicas para crear (y por lo tanto pensar, concebir) el teatro desde un lugar más creativo, abierto, múltiple, heterogéneo y democrático”
Las seis piezas que integran Proyecto Tres, están construidas a partir de personajes despóticos y oscuros que ejercen su poder sobre los que no pueden salir de su inacción y se muestran ambiguos e imprecisos; las acciones de unos y otros están fuera de toda lógica. Prima la imposibilidad de comunicarse. Temáticamente hay una clara alusión a nuestro pasado reciente: al autoritarismo de instituciones enquistadas en nuestra sociedad, al gobierno del proceso, a la crisis de confiabilidad hacia la clase política, a la estupidez que lleva a desear “la eterna juventud”, a las difíciles relaciones de pareja, a la soberbia de quienes creen que con dinero todo lo pueden comprar.
Hacer el bien, la primera de las piezas, trabaja con la ironía y la parodia haciendo blanco en el scoutismo, que como uno de los tantos brazos de imperialismo británico logró afianzarse en nuestra sociedad, cubriendo sus aspectos reaccionarios con un halo de apostolado práctico y solidario.
El prometido, indaga en lo que espera un represor: ¿La continuidad de ese mundo? ¿El nacimiento de un nuevo Hitler?. La pieza remite al momento oscuro del gobierno militar en nuestro país, a la enfermiza relación víctima-victimario, al robo de bebés pero, al mismo tiempo, a la seguridad que posee el represor de que vendrá un algo igual, que podrá ser forjado a imagen y semejanza del sistema de terror instaurado y sobre todo, a la convicción rotunda, de que poseen total derecho a la impunidad
En El enemigo, “los querubines” se muestran como la gran metáfora de los reclamos del pueblo. La pieza presenta una fuerte crítica al poder político, a su incapacidad para interpretar la necesidad de los ciudadanos, al autismo que les permite oír “las voces del pozo” y no el clamor de la gente, a la seguridad de que se puede “gobernar a la distancia”, como dice el primer ministro y que sólo es necesario no escuchar el clamor del afuera, “no dejar que nos convenzan”, porque peligrosamente se puede llegar a pensar como ellos.
En Mirame y decime si ves el mar, ni las palabras ni las acciones tienen ninguna relación lógico causal. No importa qué es lo que vincula a los tres personajes, en apariencia dos mujeres enamoradas del mismo hombre. Hay una extraescena amenazante que oprime al personaje masculino, quizás el temor que impone el desorden de la cultura, el horror de no saber cuál es su verdadera naturaleza, qué es lo que desea, cuáles son sus fines. Esa incompletud sólo puede ser castigada con la muerte.
Estas piezas aglutinan procedimientos del absurdo de amenaza: el temor hacia lo que está más allá de la habitación, la circularidad de la acción, los personajes que no logran comunicarse con “el otro”, autoritario o indiferente, el terror y la muerte como una presencia constante. Además, cada puesta logra potenciar la opresión con la marcación del espacio, la ubicación central de la escena y los espectadores alrededor hacen a la semántica de la pieza. El elemento onírico se muestra siempre son amenazante, procedimiento propio del expresionismo y del absurdo de amenaza. Y la muerte se presenta como única forma de liberación.
En Estética contemporánea y Vivir no está bueno nos encontramos ante la poética del grotesco. Las protagonistas, la mujer operada en la primera de las piezas y la gran actriz en decadencia, en la segunda, no pueden o no quieren admitir la realidad. La mujer adicta a las cirugías morirá sin saber de la mala praxis, la actriz en cambio, cuando caiga su máscara se dará cuenta de que se encuentra sujeta a la voluntad de quien la cuida y de que no todas las voluntades se compran con dinero. El carácter distintivo de estas antihéroes femeninas es la confusión, la realidad no resultará como ellas piensan. En ambos casos hay pérdida total para las protagonistas. La comicidad, con fuertes tintes de humor negro, acentúa el patetismo de los personajes.
Consideramos que Proyecto tres se torna sumamente interesante porque alcanza a cumplir lo que señala el programa de mano. "un proceso de aprendizaje y de diálogo creativo”. Y aunque temáticamente alguna de las puestas ancle en nuestra realidad inmediata, el clima opresivo y de sujeción al despotismo se universaliza, puede ser de aquí o de cualquier otro lugar de la tierra.
Los grupos salen airosos de la experiencia y a pesar de que como en toda práctica que aglutina tanta gente se observa cierto desnivel, el resultado es muy bueno y nada opaca ni impide que se concrete el objetivo del proyecto
Proyecto tres
Teatro: El Bardo.
Cochabamba 743.
Domingo 18 hs. Y 20:30 hs.
18:00 horas
Hacer el bien: Dramaturgia: Ana Carina Garber. Elenco: Gina Aiello. Carlos Ledrag. Johanna Rua. Dirección: Carolina Strok.
El prometido: Dramaturgia: Jana Vidal. Elenco: Belén Pedernera. Pablo Oubiña. Carolina Vincenzi. Dirección: Gimena Vitali.
El enemigo: Dramaturgia: Mariano Cardozo. Elenco: Luciana Dulitzky. Mario Petrosini. Pablo Plandolit. Dirección: Mariana Díaz.
20:30 horas
Mirame y decime si ves el mar: Dramaturgia: Lara Gorfinkiel. Elenco: Mariano Aranda. Laura Ledesma. Evelian Romano. Dirección: Laura D’Anna. Asistencia: Lara Gorfinkiel
Estética contemporánea: Dramaturgia: Walter Sánchez. Elenco: Paula Berré. Belén Meana. Walter Sánchez. Dirección: Claudia Ostrovsky. Asistencia: Giselle Del Valle Mestre.
Vivir no está bueno: Dramaturgia: Guillermo Difilippo. Elenco: Eleonora Russo. Karina García. Gastón Carrica. Dirección: Mario Marín.
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Resumen humano
No existiría la Piedad
si no hiciéramos pobre a alguien;
y no haría falta la Misericordia
si todos fuesen tan dichosos como nosotros.
Y el miedo recíproco trae paz,
hasta que el amor egoísta se incrementa:
entonces la Crueldad arma su trampa
y esparce sus cebos con cautela.
Se instala con santos temores,
y riega con lágrimas la tierra;
entonces debajo de sus pies
echa raíces la Humildad.
Rápido extiende sobre su cabeza
sombras lúgubres de Misterio;
y la Oruga y la Mosca
se nutren de tal Misterio
Luego crece el fruto del Engaño,
rubicundo y dulce al paladar;
y el Cuervo su nido instala en el ramaje más tupido.
Los Dioses de la tierra y el mar
escrutaron la Naturaleza para hallar tal Árbol;
pero la búsqueda fue toda en vano:
crece uno en cada Cerebro Humano.
Wiilliam Blake
El septimo sello, Grigori
Mirela.
Mireme.
Usted elije.
Yo le ofrezco la eternidad.
Usted sabe que existe,
sabe que yo no miento,
porque usted también
es una Elegida.
O prefiere quedarse acá;
rodeada de cachivaches
que no sirven para nada.
Grigori.